Creo que pocos cosméticos me han enamorado tanto como DreamSkin de Dior y es que es como un bote que guarda una luz maravillosa en mi piel y al mismo tiempo la trata. Pensaba que nada sería tan maravilloso jamás, pero entonces llegó Dior y se superó creando una base de maquillaje que cumple todo lo que yo busco y tiene un porcentaje de DreamSkin altísimo en su composición.
Nunca os conté que sucumbí a lo maquillajes en formato cushion el año pasado con el de Lancôme y me gustó mucho por su versatilidad y comodidad de uso. El formato cushion es parecido a usar una esponjita tipo Beauty Blender que ya viene incorporada al maquillaje y la forma de usarlo es ideal para patosas, véase yo.
Es muy importante tener claro que esta base es para un tipo de personas muy concretas por dos motivos:
- Cobertura baja, tirando a mínima
- Acabado glow, muy glow
Es decir, si te gustan los maquillajes cubrientes o si tu piel tiene muchas imperfecciones, no es para ti. Si te encanta el look mate para la piel, tampoco. Esta base no es matificante y matificarla es ciertamente complicado.
Yo suelo buscar para la piel acabados muy jugosos ya que mi piel es bastante seca y, aún así, suelo ponerle unos polvos para que el acabado sea el que me gusta. De hecho, y que no me mate ninguna maquilladora profesional, yo aplico después los Terracotta de Guerlain.
¿Por qué uso los Terracotta? Pues, porque hay 3 tonos (donde la compré tenían 3 tonos en la web de Dior hay bastantes más) y, siguiendo la recomendación de la chica que me atendió, me llevé el más clarito y creo que es demasiado claro para mi piel, así que el punto de color que me dan los Terracotta es ideal. Además, ya aprovecho y marco los pómulos y tengo un maquillaje más que estupendo.
DreamSkin Perfect Skin Cushion de Dior
La DreamSkin Perfect Skin Cushion viene el formato típico de maquillaje cushion, es decir, es redondo y al levantar la primera tapa encontramos la esponjita con la que aplicar el producto (y sí, tengo que lavarla). Debajo hay un separador de plástico que, al abrirlo, nos revela el maquillaje en si mismo.
Se diferencia del de Lancôme porque los «agujeritos» de la esponja impregnada con el producto son más pequeños. Aunque para mi no implica ningún cambio en la funcionalidad.
Aplicar la DreamSkin Perfect Skin Cushion es muy cómodo con la esponjita aunque necesito más de una capa en algunas zonas. De hecho, las primeras veces como tiene una cobertura muy baja, me daba la sensación que necesitaba muchas capas y entonces no acababa de asentarse nunca y el efecto glow era indescriptible. Más que glow era piel húmeda.
La práctica hace al maestro y aprendí que era mejor usar máximo dos capas y corregir algun defectito con un corrector para conseguir una piel bonita, pero no mojada.
La DreamSkin Perfect Skin Cushion tiene una gran ventaja frente a otras bases y es que tiene un factor de protector solar muy alto: SPF 50+++. Óbviamente, estamos hablando de protección solar urbano, no es para ir a la playa.
En la web de Sephora cuesta 79€ aproximadamente, pero yo la compré en el aeropuerto de Madrid-Barajas y me salió con un recambio por unos 60€, por lo que no me pareció excesivamente cara. Cuando se me acabé no sé si por 79€ la compraría otra vez o me compraría el DreamSkin normal y usaría otra base. La he encontrado también en Douglas a un precio más adecuado y en El Corte Inglés.
Por cierto, para quién tenga un maquillaje de tipo cushion me recomendaron que para aprovechar todo el producto le diera la vuelta a la esponjita que va impregnada de producto varias veces ;)
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